Semblanza escrita por la Dra. Belky Montilla E./ Cronista del municipio Peña
Ricardo Gainza Claudeville: Un Quijote Yaritagüeño
Hablar de Ricardo Gainza o mejor dicho Ricardito es hablar de Yaritagua, de la Yaritagua contemporánea, pues no hay un episodio de ella donde su nombre no figure, ya que él era un personaje muy carismático y muy dado a querer resolver, diligenciar o a emprender eventos religiosos o sociales que se llevaran a cabo en nuestro municipio.
Ricardito vino al mundo el 11 de agosto de 1922, en el hogar conformado por Ricardo Gainza Soteldo y Doña Felicita Claudeville de Gainza, en un caserío de este municipio Peña, La Piedra, pequeño poblado, ubicado al nor-este de la capital y caracterizado por el frío que allí se siente.
Este personaje se identificó y sintió siempre orgulloso de haber nacido allí donde las tierras son muy ricas y el maíz se da con gran esplendor, donde se torcía tabaco, se comía chimó y se bailaba y aún se baila el tamunangue en honor a San Antonio.
Es de hacer notar que Ricardito tuvo una gran preocupación, con la cual me identifico plenamente, pues últimamente se le ha querido o se le ha cambiado ya el nombre que esta comunidad ostenta desde la época de La Colonia, por otro que, aunque suena muy bien al oído: Las Piedras, no es el suyo propio, por ello, aprovecho esta ocasión para llamar a la reflexión tanto al gobierno regional como al nacional, pues ese nombre se emplea con mucha regularidad, lo cual ha sido copiado por los medios de comunicación social, trayendo gran confusión hasta en sus mismos pobladores, quienes no saben o no quieren pronunciarlo como debe ser y defenderlo como lo hiciera siempre Don Ricardo Gainza, quien manifestaba: -Yo soy de La Piedra y no Las Piedras como hoy en día dice la gente.-
Prosigamos con su biografía, Ricardito, siendo muy niño es trasladado por sus padres hacia la ciudad de San Felipe en búsqueda de mejores oportunidades de trabajo, sin embargo, al trancurrir un año, la familia se radica nuevamente en Yaritagua, ciudad que los acoge con los brazos abiertos y es aquí donde este niño comienza sus primeras enseñanzas de mano de una maestra de aquellas que iniciaban a sus alumnos con el famoso libro Mantilla, acompañado de los buenos modales, poesías, juegos y canciones, donde ellas prodigaban su amor para que la escuela no se presentara tan traumática en los años venideros , me refiero a la educadora María Dolores Mosquera por quien siempre Ricardito sintió mucho respeto y admiración.
Luego pasó a la escuela Cedeño, viniendo a ser uno de sus primeros alumnos, pues ésta fue fundada en 1926 y allí fue discípulo de María Teresa Sanz, Nela Méndez, Yocasta de Calistri, entre otros educadores, quienes fraguaron esa regia personalidad tan querida y respetada en nuestro pueblo.
Desde muy joven Ricardito siente una gran afición por las letras, el canto y la declamación, las cuales cultiva con mucha dedicación y en diferentes oportunidades lo puso de manifiesto, por ello, no era extraño que en cuantas reuniones familiares o sociales, ocurridas en Yaritagua apareciera con gran prestancia y buena memoria declamando aquellos poemas, conocidos de la época:
En ti pensando me quedo
Con mi dolor tan callado,
tus cartas no he contestado
porque escribirte no puedo.
Te quiero casi con miedo
Como el barranco a la arena
Si todo en tí me condena,
Dame si quiera el perdón
Qué ya ni se cuántas son
Una pena y otra pena
Esta inclinación hacia las letras y la declamación hacen que forme parte en compañía de otros jóvenes yaritagüeños en la fundación del Centro de Cultura Física e Intelectual –CCFI- en mayo de 1940, quienes estaban inspirados en el precepto de los antiguos griegos, a quienes le debemos aquella frase: “En cuerpo sano, mente sana”.
Muchas fueron las actividades tanto culturales como deportivas que se desarrollaron en esta institución cultural, como por ejemplo, las famosas asambleas de directivos y miembros, donde se discutían posiciones antes sucesos recientes, tanto nacionales como mundiales, tales como la Reforma Agraria, propuesta por el presidente de la República Isaías Medina Angarita, difusión masiva sobre el peligro nazifascista que amenazaba el mundo entero y otros diversos temas.
A este centro también se le debe la puesta en marcha de la biblioteca para obreros “Eutimio Rivas”, la escuela de música, dirigida por Rafael Ángel Blanco y la creación de una orquesta que amenizaba las fiestas de gala, los despertares, los toros coleados, las retretas en la plaza Bolívar, también animaban cualquier sarao que con motivo de bautizos, cumpleaños y matrimonios se celebraran en nuestro pueblo.
Así mismo, fue escogida la propuesta en el seno de este recinto cultural sobre la celebración del Día del Obrero, instituido a petición de Ricardito, el cual se realizó en julio de 1943. Es de resaltar que para ese entonces todavía no se había institucionalizado el 1º. de Mayo para conmemorar ese día.
Otra iniciativa de este centro fue la celebración del Día del Policía, también a solicitud de su persona. El cual comenzó a celebrarse el 16 de julio de 1946, habiéndose realizado por primera vez esta conmemoración en San Felipe y otras ciudades venezolanas en el año anterior, Día de la Virgen del Carmen por lo que quedó también esta advocación como Patrona de esa institución castrense.
Ricardo parte hacia otros lares en búsqueda de mejores oportunidades, fue a San Carlos de Austria y allí funda el periódico El Vigilante, acompañado por el escritor José Vicente Balza, luego parte a Caracas donde trabaja como auxiliar de oficina (office boys)
Sin embargo, siente nostalgia por sus familiares y por su pueblo por lo que regresa y lo encontramos formando parte de la Sociedad en honor a la Virgen del Carmen y luego como miembro fundador de la Sociedad Caballeros Amantes de la Santa Cruz, iniciada en 1950 a la cual se le debe la edificación de la capilla que está en el Cerro La Matica y en lo alto la Cruz de cemento que sustituyó a aquella que en hombros llevara Fray Froilán de Ríonegro en 1915, asimismo, a esta se le debe la creación del Centro Educativo Yaritagua, fundado en 1954 y que luego fuera transformado en el Colegio Santa Lucía en 1959, ente educativo que desde ese entonces forma a nuestros jóvenes como Bachilleres de la República y anteriormente también a los Maestros Normalistas y Visitadores Sociales.
También perteneció Ricardito a la Sociedad Humildad y Paciencia y otras cofradías existentes en la parroquia Santa Lucía.
Como periodista se destacó notablemente este periodista que hoy le damos honra y su primera incursión en esta rama la realizó en 1941-1943 en el periódico Horizonte, órgano informativo del CCFI, luego aparece en 1960, conjuntamente con Antonio Ramón Cabezas Maduro, Amábiles Medina y Francisco Carabaño en el periódico Kalamazoo.
También en 1967, junto a Antonio Ramón y Otón Carvallo en El Yaritagüeño, periódico que surge durante el Tricentenario del pueblo, el cual se preocupó no solo por denunciar los problemas que acarreaba la ciudad, la cual era denominada como la Cenicienta del Yaracuy.
En 1975 aparece como director, redactor y editor del periódico El Callejero donde se resaltaban los problemas de su comunidad, asimismo, trataba sobre hechos culturales e históricos del municipio y de la región yaracuyana. Cabe destacar que este periódico era multigrafiado y elaborado con mucho sacrificio por Ricardito, quien recibía la colaboración de maestros y directores de las escuelas para poderlo editar con puntualidad.
Ricardo Gainza también fue colaborador de El Impulso, periódico de Barquisimeto, Yaracuy al Día de San Felipe como también de las revistas Nívar de Nirgua, Camino de San Fernando de Apure y La Voz Industrial de Venezuela.
Al respecto, José Manuel Castillo (1999) afirmó que Ricardo Gainza fue un luchador social y comunicador nato, pues supo apreciar el valor de los medios impresos en una época en que éstos eran, conjuntamente con la radio, la única manera de llegar a la opinión pública de ese entonces.
Durante la década de los sesenta, Ricardo Gainza ejerció diferentes cargos públicos, entre los que destacan Secretario del Jefe Civil del Distrito Yaritagua, en ese entonces José Soteldo y es a partir de esa fecha cuando descubre que Yaritaqua no contaba con una historia escrita sobre su pasado y comienza a indagar, a revisar, a difundir la historia local de su lar nativo, a través de material mecanografiado, folletos y artículos de prensa regional y local, es decir divulgaba toda aquella información que le parecía importante resaltar por lo que se le comenzó a llamar Cronista Popular de Yaritagua.
Su trabajo fue reconocido en el ámbito regional y por ello es elegido como Miembro de Número del Centro de Historia del Estado Yaracuy, sin embargo su sueño más preciado es el de ser Cronista Oficial del Municipio Peña, cuestión que se cristaliza en 1987 cuando el Concejo Municipal del Distrito Yaritagua lo elige por unanimidad y luego fue juramentado en la XVI Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela celebrada en la ciudad de Sanare, en agosto de ese mismo año, bajo la presidencia del Lcdo. Anibal Laydera Villalobos.
Al ser elegido Ricardito como Cronista de la ciudad de Yaritagua continúa con más afán su trabajo de investigación, a pesar de la poca remuneración que recibiera de la municipalidad, pero no por ello deja de recorrer diferentes ciudades venezolanas, tras la búsqueda de información o asistiendo a eventos, contando para ello, solo con la ayuda de los vecinos y amigos a quienes siempre les retribuyó con algún detalle de aquellos viajes a manera de agradecimiento, pues de lo contrario no podía realizarlos, pues su situación económica era muy crítica, debido a que su trabajo como Cronista Municipal nunca fue remunerado en la misma medida en que él lo realizó y que con justicia lo merecía.
Más no por ello, su labor dejó de ser reconocida, tanto por sus coterráneos como en otras instancias, ya que recibió honrosas distinciones, tales como la Orden Andrés Bello en su Tercera Clase, galardón nacional, impuesto por el presidente de la República Rafael Caldera, durante la celebración de una Sesión Solemne del Concejo Municipal de Yaritagua con motivo del Día de Santa Lucía en 1970; Orden Valeroso Peña, en Primera Clase, impuesta por el alcalde Eduardo Lapi en 1991; El Guacaipuro de Oro, en Primera Clase; III Promoción de Sexto Grado del Colegio El Valeroso Peña, la cual llevó su nombre y por ello se sentía sumamente orgulloso, la Orden Ricardo Gainza, creada por la Casa de la Cultura José Blanco Peñalver en 1996.
Asimismo, recibió muchas placas y diplomas de los diferentes grupos culturales que hacen vida en nuestro municipio y fuera de él, parodiando a Antonio Machado, se pudiera decir que Ricardito fue ...Luz del alma, luz divina, faro, antorcha, estrella, sol. Un hombre que a tientas camina y lleva a la espalda un farol…
Después de tantas luchas por buscar un mejor destino para su pueblo, muere el Quijote yaritagüeño, un 19 de septiembre de 1996, abandonándonos para siempre, aquel que había hecho de la amistad y de la humildad un templo. Llevándose consigo un pedazo de nuestra historia local y regional como lo plasmara Evangelia Parra de Rojas en un acróstico, leído el aciago día de su triste entierro:
...Corazón y pueblo lloran todavía tu partida de este plano tierra y coro de ángeles cantan felices al Creador porque han depositado en sus brazos el espíritu de un hombre generoso y noble que nunca supo de mentiras y traiciones…
Para concluir voy a tomar prestadas las palabras que escribiera Eustorgio Mogollón en 1980 sobre Ricardo Gainza en su libro Retazo Emocional de un Pueblo, pues en ella se condensa todo el sentir de sus paisanos y amigos, quienes siempre vimos en él un pensador, romántico y soñador, así como también un amigo fiel y auténtico, prinicpalmente preocupado por su lar nativo.
Cito: Ricardito es un hombre caminador y locuaz, encrudiñador e ingenuo, soñador y risueño. Tan amigo de soñar despierto es, que en más de una ocasión ha alzado el vuelo, cual solitaria golondrina, pretendiendo con su angustioso trinar, mantener motivados y despiertos a sus paisanos… Fin de la cita.
Y yo con mucho amor y justicia afirmo que Ricardito no ha muerto, pues vivirá sempiternamente en nuestros corazones.
Espero que esta semblanza haya sido de su agrado. Gracias por leer